La
antidetectivesca emplea a un detective que poco o nada tiene en común con los
detectives de la literatura clásica, como Holmes y Dupin, ni tampoco se enfoca
en solucionar el crimen basándose en formulas lógicas, que paso por paso,
conducen hacia el final del misterio, y, que al restaurar el orden, crean en el
lector, cierta satisfacción.
La antidetectivesca en cambio frustra al lector, porque no le provee esa
estructura cómoda y lógica que el detective clásico usa para resolver el
enigma. El detective pasa a ser un
personaje secundario ante el mundo desordenado donde se intenta resolver el misterio.
La solución del crimen puede llegar por medio de la innovación, deconstrucción
y, la metaficción.
En la innovación, el lector se encuentra
con la solución al principio de la historia y esto puede llegar a desencantarlo
un poco, sin embargo al final puede encontrarse con una solución que no lleva
castigo o quizás se solucione de una manera inesperada.
En la
deconstrucción encontramos una idea confusa de la realidad. El detective puede
enfocar su investigación en una lucha existencial donde cuestiona los misterios
de su propia vida y, puede llegar a solucionar el misterio sin lograr que se
aplique la justicia y ésta también puede pasar a ser secundaria.
En la
metaficción, el lector se convierte en el detective y debe encontrarle sentido
a una investigación que aún no finaliza o que el autor, a propósito, a dejado
“colgando”. El lector es obligado
a buscar dentro del texto al culpable y adquiere conciencia de que lo que hace
él y los personajes. Se sale de la
ficción.
En muchas historias anti-detectivescas, estas
características no se presentan por separado, por ejemplo la novela Crónica de una muerte anunciada, de
García Márquez, presenta las tres: innovación, metaficción y deconstrucción. En
esta novela, los rasgos claros del uso de innovación se exhiben en toda la
obra. El primer rasgo de innovación y, lo más irónico, es que la solución del
crimen se presenta al principio de la novela y, a pesar de saber que el crimen
sucederá y de conocer claramente quienes son los autores del mismo, el lector
se engancha en la novela y se une a la investigación porque desea esclarecer
los detalles del crimen y solucionar otros misterios que suceden dentro de la
misma investigación. El cronista
que conduce la investigación no se separa del asunto por ser muy sensible al
asunto y busca la solución por satisfacer sus propios deseos, estos son claros
aspectos de innovación.
La
deconstrucción se muestra en el claro remordimiento que siente el narrador
respecto al crimen. Él trata de
averiguar los detalles del crimen para poder librarse de cierta culpabilidad
que lo persigue. El misterio no se
resuelve porque ya se sabe quienes cometieron el crimen y no se logra, por la
ambigüedad de los relatos, conocer a fondo ciertos detalles del crimen, y la
justicia no se aplica ya que ésta es secundaria en la novela, la investigación
no tiene nada que ver con la búsqueda de justicia.
La metaficción
hace parte de ésta novela, ya que el lector, por sus propios deseos de saber
los morbosos detalles del crimen, se convierte en detective. El autor sitúa conchas de banano en
todas las esquinas de la obra, para que el lector se resbale y caiga en otra
etapa de la investigación y así logra aumentarle el deseo de investigar. Esta posición del lector, de no revelar
completamente y de enredar la historia, es un claro rasgo de la
metaficción.
La
novela Crónica de una muerte anunciada nos muestra una sociedad
colombiana, posiblemente de las
primeras décadas del siglo XX.
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